septiembre 25, 2022

TESTIMONIOS

Espondilitis anquilosante y pilates con el Método Mayán

«Acabo de cumplir 70 años. Mis problemas con la espalda se hicieron
patentes hace ya más de 40. Por esas fechas corría maratones y medias
maratones. Fue entonces cuando empecé a tener lumbalgias y ciáticas muy
fuertes. En 1984 me diagnosticaron espondilitis anquilosante.

Las tres décadas siguientes fueron de alternancia de fases de brotes de la
enfermedad con periodos en los que la espondilitis me daba un cierto respiro.
Los antinflamatorios y las sesiones de fisioterapia algo ayudaban, pero la
progresiva rigidez y la creciente curvatura de mi espalda generaban una
dinámica amenazante para el resto de mi vida.

A mediados de la década de 2010, mi mujer y mi hija pequeña, que
asistían a un curso de pilates que impartía Marina Ayán, me recomendaron
encarecidamente que probase esa técnica con dicha profesora. Esta aceptó
tratarme, tal vez, por el reto profesional que entrañaba tratar a una persona de
más de 60 años con importantes limitaciones de movilidad corporal cuya
mitigación o eliminación no resultaba fácil de lograr y por las dificultades que
entrañaba motivar suficientemente a un paciente que padecía importantes
crisis periódicas y que era bastante escéptico acerca de la mejora que podía
derivarse de la nueva terapia.

Las ciertas dudas que albergaba sobre la eficacia de las clases de
pilates pronto se disiparon. Enseguida pude constatar que Marina preparaba
concienzudamente sus clases, que se preocupaba de los problemas
específicos de todas las personas matriculadas en sus cursos y que la
metodología que empleó en mi caso durante los primeres meses de iniciación a
esta disciplina se adaptó perfectamente a las características de mi enfermedad
y a mi situación. El resultado fue espectacular: tres meses después del inicio de
las clases ya percibía una mejora notable en términos de movilidad y de
reducción de la frecuencia e intensidad de las crisis de la espondilitis.

Los muy buenos resultados de los tratamientos de Marina Ayán son fruto,
en mi opinión, de diversos factores relativos a su personalidad, formación,
prioridades, profesionalidad y compromiso. Durante un tiempo, compatibilicé
las clases particulares con las de grupo, lo que me permitió conocer nuevas
facetas de la directora del Espacio Mayán.

Marina considera prioritariamente las clases de pilates como un
instrumento relevante para mejorar el bienestar físico y mental de sus alumnos.
De ahí que las sesiones sean bastante intensas y que se busque que todos
desarrollen al máximo sus potencialidades. La competencia, la entrega en las
clases y la notable capacidad de motivación de esta profesora inducen a sus
alumnos a esforzarse al máximo y a seguir, año tras año, acudiendo a sus
cursos. Este es un caso típico de generación de una especie de círculo
virtuoso: los muy buenos docentes logran que sus estudiantes aprovechen al
máximo sus potencialidades y ello, a su vez, facilita el cometido de aquellos.

En mi caso, tras seis cursos con Marina Ayán, he constatado como sus
clases de pilates no solo han frenado las secuelas de mi enfermedad, sino que
han logrado reducir y suavizar las crisis, minorar mi grado de rigidez e
incrementar mi capacidad para realizar diversos movimientos. Por
consiguiente, he contraído, al igual que muchos de sus alumnos. »

Enrique Llopis

«La primera palabra que se me viene a la cabeza si pienso en Marina es “gracias”. Porque Marina se entrega a su trabajo y nos lo da todo. Es una profesora excelente, entre otras cosas, porque es capaz de ver en cada alumno de que “pie cojea”, y adaptar los ejercicios a lo que más te conviene. Para así mejorar cada día sin dolencias ni frustraciones. Resumiendo, tiene un respeto absoluto al cuerpo. Eso se debe a que su conocimiento del cuerpo humano es increíble, lo que te da total tranquilidad y confianza en sus directrices y correcciones. Pero lo que destacaría de ella son dos cosas, primero su sensibilidad hacia los demás, sientes que te cuida y te entiende solo con mirarte. Y segundo, su capacidad de sorprenderte en cada clase, lo que hace que descubras cosas nuevas de ti mismo. Pero no solo a nivel físico, sino también mental y emocional. Por esto y mucho más, gracias Marina.

Yenny Delgado

No es fácil reflejar en unas pocas líneas mi valoración profesional de Marina. Llevo varios años recibiendo clases de ella y solo he faltado a la cita por razones ajenas a mi voluntad. Las palabras que mejor cuadran la forma en que ella realiza su actividad son: seriedad, entusiasmo, disciplina, implicación, respeto, ayuda, variedad, etc. Todo ello orientado a conseguir resultados útiles para el alumno apoyados en el autoconocimiento, la progresión continua y el enriquecimiento personal. No me resultaría fácil encontrar nada parecido.
Blas Malalana Ureña

Quiero explicarte todo el bien que como persona y profesora has causado en mí, hace ya muchos años que comencé a ir a tus clases y físicamente has logrado una mejoría tremenda en mi movilidad, me encuentro mucho más ágil física y mentalmente, recuerdo al principio cuanto me costaba hacer algunos ejercicios y como has logrado que ahora me parezcan fáciles de realizar, al principio y siendo una de las mayores de la clase todo se me hacia un mundo y tú has logrado que ahora me considere como una más de tus alumnas. Muchas gracias guapa, ahora me pareces como alguien de mi familia, y si un día tengo que faltar por otras obligaciones os echo de menos a ti y a mi grupo.

María José Moreno – Coaching corporal